La carta de la Fuerza en cierta forma está vinculada con la del Mago. Su base se fundamenta en la armonía interna. Esta carta prácticamente aborda la reconciliación del hombre civilizado con su contraparte animal. Podemos ver un caso bien popular en la mitología, donde vemos esa gran amistad Gigalmesh y Enkidu, los cuales no se la llevaban nada bien en tiempos pasados. El objetivo de esta carta es explicar que nuestra naturaleza instintiva no puede esconderse nunca.
Todos tenemos virtudes que nos hacen débiles, pero esta carta te dice que debes afrontarte ante esa debilidad que quizá ya no está en ti, sino que perteneció a tu vida pasada.
Esas malas virtudes deben ser domesticadas como lo hacemos con los perros y gatos, y de esa manera lograremos una vida más serena. La verdad es que a veces el ser humano no es capaz de reprimir esos instintos de manera efectiva, porque no hace buen uso de sus fuerzas.
Esta carta como todas las demás puede dar información acerca de varios terrenos de la vida. Entre ellos está el laboral. En lo laboral representa la pasión y la dedicación que le podamos tener al trabajo y a todo lo que hacemos diariamente para subsistir. La carta refleja el vigor y las ganas que le ponemos a la faena diaria, y cómo usamos esa fuerza emprendedora para tener éxito. De manera que podemos decir que esta carta está vinculada a la motivación.
Hay otros campos, los cuales explicaremos brevemente. Por ejemplo, en el ámbito de la consciencia y en el de las relaciones personales. Particularmente en el aspecto de las relaciones personales vemos cómo esta carta se enfatiza en la pasión o mejor dicho en las relaciones amorosas. Con respecto a la consciencia, la carta indica que debe haber una amistad entre la «parte animal y la parte humana».
El ámbito de la consciencia
La fuerza en la consciencia es sinónimo de una metamorfosis que es esencial para dar una explicación adecuada a los principios de la alquimia. En ella, el león rojo es el símbolo por el medio del cual las sustancias inferiores se transforman en oro. Poniendo todo esto en la vida del hombre, tenemos que la tarea del ser humano consiste en no negar las fuerzas marcadas con fuego como instintos irrelevantes o inferiores, sino más bien se debe quitar del medio esa enemistad que siempre ha existido entre la conciencia civilizada y aquella que es animal, y cuando se habla de levantar, nos referimos a levantarla en el triple sentido de la palabra.
1. En el sentido de interrumpir o detener.
2. En el sentido de conservar (esto es para mantener vivas las fuerzas) y
3. En el sentido de alzarlas o llevarlas a un nivel desconocido alto donde no es posible que se vean como contrarios, sino como aliados.
El ámbito de las relaciones personales
Es el símbolo de todas esas relaciones que están caracterizadas por un gran vigor y un temperamento que arde como el fuego, llegando a veces a ser un comportamiento dramático. Por lo general, combinaciones de esta naturaleza sirven como refugio para la fuerza, fuerza que usamos para realizar todo tipo de actividades cotidianas.